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Técnicas contra el dolor: anestesia infiltrativa y troncular en odontologia

Técnicas contra el dolor: anestesia infiltrativa y troncular en odontologia

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Me gustaría ser valiente. Mi dentista asegura que no lo soy.

Y es que uno de los mayores temores del ser humano es sufrir un dolor de muelas. Eso debido al sufrimiento que conlleva y, sobre todo, por el temor a una operación quirúrgica.

Para el odontólogo, enfrentarse al dolor mandibular de un paciente requiere formación y temple. Controlar las técnicas para anestesia infiltrativa y troncular en odontologia es fundamental para lograr una cirugía sin dolor.

Anestesia infiltrativa y troncular en odontologia

El avance en la técnicas y prácticas odontológicas se ha acrecentado en los últimos tiempos, buscando una mejor praxis y una disminución del dolor causado al paciente.

Fruto de ese desarrollo se han especializado campos, han aparecido revistas especializadas de ámbito internacional, como Dental Tribune. También, se han desarrollado cursos de implantes dentales, de anestesia o sobre odontología forense, que mejoran la formación de los dentistas.

La carrera por evitar el malestar, al manipular médicamente en la boca, se remonta casi al 500 a. C. cuando Hipócrates usaba esponjas empapadas en líquido de opio para mitigar el sufrimiento de sus pacientes.

Pero no será, realmente, hasta finales del siglo XIX cuando encontremos una verdadera anestesia y las primeras técnicas para evitar el dolor.

Anestesia troncular – Origen

La técnica troncular nacía de la mano del dentista estadounidense Williams H. Halsted, quien aplicaría una solución obtenida de la cocaína, inyectándola directamente en la zona afectada.

Con el tiempo, la técnica se ha desarrollado y la solución anestésica ha variado a fórmulas químicas menos dañinas para el hombre. Pero, en la práctica, se mantienen las especificaciones originarias de Halsted.

La solución anestésica se ubica justo detrás de la língual. Se penetra en el orificio superior del conducto dentario de la mandíbula, donde se encuentra el nervio dentario inferior.

Para llegar hasta él, el método más seguro es la toncular (a no confundir con la expuesto por Finochietto).

La técnica troncular a nivel de la espina de Spix se llama técnica troncular clásica.

Apunta a la intersección de dos líneas imaginarias dentro de la boca del paciente:

La primera sería una vertical lanzada desde de la escotadura sigmoidea, partiendo de su punto medio, hasta el borde del maxilar.

Una segunda uniendo los bordes de la rama.

El orificio en el que depositar la solución anestésica estaría situado un centímetro por encima del punto obtenido.

Ubicación de solución anestésica

Hay que tener en cuenta que, en el caso del nervio dentario inferior, pasa entre el músculo pterigoideo medial y la cara interna de la rama ascendente de la mandíbula.

Por lo que, para llegar hasta el nervio desde la cavidad bucal, hay que atravesar, -deslizándose entre el pterigoideo medial y la cara interna-, el tejido celular laxo, la mucosa bucal y el músculo buccinador.

Con esta técnica se logra insensibilizar el:

Nervio alveolar o dentario inferior que afecta a la encía.

Hueso mandibular, su periostio.

Los dientes en cada hemiarcada.

La mitad de la lengua.

El mentón.

La piel de labio

Aunque debe tenerse en cuenta que una parte de la encía y la zona entre el primer y el tercer molar inferior no se verán afectados. Por ello, para evitar el dolor, aunque no siempre es así, unos recomiendan aplicar anestésicos independientes a esas piezas dentales.

Anestesia con óxido de nitrógeno

La técnica de Horace Wells, dentista estadounidense, fue por primera vez utilizado en el siglo XIX. Su anestesia en el ámbito de la odontología, fue con óxido de nitrógeno.

A pesar de la triste historia que pasó Wells, demostró el poder analsegico del óxido de nitógeno para la anestesia.

Gow-Gates

En 1973 el doctor George Gow-Gates divulgó las excelentes ventajas de la técnica en el bloqueo completo como alternativa cuando la anestesia troncular mandibular no daba los resultados esperados.

Rápidamente se extendió entre los dentistas de todo el mundo con el nombre de técnica de Gow-Gates. La técnica se basaba en anestesiar, con una sola punción, todas las ramas del nervio mandibular.

Para llevarla a cabo, el paciente debe abrir su boca en el máximo de apertura posible y estar colocado con en posición supina y con la cabeza extendida hacia atrás.

La jeringuilla debe alinearse en el plano que une la escotadura del tragus y la comisura labial. La aguja se interna hasta encontrar el hueso, después de haber atravesado el músculo buccinador. Será entonces cuando se inyecte el anestésico.

Tecnica Gow-Gates

Esta técnica es especialmente aconsejable para pacientes en los que el bloqueo troncular tradicional no haya dado buenos resultados. Pero, también, para procedimientos extensos en los que sea necesario el bloqueo de varias ramas nerviosas. Y es totalmente desaconsejable en caso de que el paciente sufra impedimentos para abrir la boca en su máxima extensión.

Vazirani-Akinosi

Es conocida como bloqueo mandibular de boca cerrada y en ella se anestesian los nervios:

  • Bucal.
  • Alveolar.

Mielohioideo inferio.

Lingual.

Es especialmente útil en pacientes que sufren trismus ya que se puede realizar mientras la mandíbula está en la posición de reposo fisiológico.

Utilizaremos una aguja larga, con un calibre 25, insertándola paralelamente al plano oclusal maxilar, a la altura del vestíbulo bucal maxilar.

El filo debe estar orientado lejos del hueso de la rama mandibular para evitar un desvío hacia allí. La inyección de Vazirani-Akinosi debe realizarse a ciegas, ya que no se encuentra un punto final óseo.

Técnicas infiltrativas

Este segundo método anestésico permite el bloqueo de los nervios sensoriales en una zona específica. Lo hace mediante la introducción de la solución anestésica a través del hueso.

Al ser el maxilar superior más poroso, será esta la zona donde resulte más eficaz, siendo más complejo (y desaconsejable) su uso en la mandíbula ya que esta es más compacta.

Es utilizada principalmente en operaciones y tratamientos de corta duración.

Aunque no se recomienda en casos de infección ni si se detectan inflamaciones. Eso debido a que el anestésico podría perder su valor y no producir el adormecimiento deseado en la zona a tratar.

Otras consideraciones sobre la anestesia

Aunque centrándonos en las técnicas, no se haya producido un amplio desarrollo de las mismas desde 1977 (cuando se dio a conocer la Vazirani-Akinosi), sí se ha producido una rápida innovación en las herramientas utilizadas por los odontólogos para mitigar el dolor.

Sin adentrarnos en la propia solución anestésica, encontraremos novedades que ayudarán a detener el sufrimiento de los pacientes.

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Author: admin

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